Los esteroides anabólicos son sustancias relacionadas con una hormona predominantemente masculina, la testosterona. Aunque creamos que no, esta hormona también es fabricada por las mujeres (segregadas por las glándulas suprarrenales) aunque en cantidades ínfimas respecto al género masculino. Su consumo externo se hace patente en algunos entornos poco o nada profesionales y relacionados normalmente con el desarrollo muscular. Son sustancias altamente dañinas para el organismo, aunque algunos consideran que su salud es menos importante que su estética. Hoy os ofrecemos todos los riesgos que supone el consumo, no recetado, de esta clase de sustancias dopantes.
Qué son los esteroides
Son conocidos como esteroides anabólicos, lo que quiere decir que conllevan una síntesis de masa muscular. Son hormonas sintetizadas a partir del colesterol, y entre sus funciones destacan:- Función estructural: forma parte de la membrana de nuestras células.
- Función reguladora: se encargan de establecer los valores normales de sal y secreción biliar.
- Función hormonal: es el objetivo de aquellos que los consumen. Potencian la secreción de testosterona en el organismo, lo cuál favorecerá el aumento del volumen muscular y resaltar las características masculinas como el vello o la voz grave. Generalmente son de carácter androgénico.
Riesgos para la salud
Existen una gran cantidad de efectos adversos en el consumo excesivo de los esteroides anabólicos. La mayoría de estos riesgos se relaciona con un descenso de la actividad funcional de algunos órganos. Entre los problemas más comunes, cabe citar:- Cáncer y enfermedades hepáticas. El hígado es el que más sufre al consumirlos, pues es el encargado de desintoxicar nuestra sangre. De ello se pueden derivar numerosos síntomas como la ictericia, incremento de la tensión arterial, aumento de colesterol, tumores, etc.
- Posibilidad de esterilidad, tanto en el hombre como la mujer. Se producen desequilibrios en el organismo que afectarán a los órganos sexuales de la persona, provocando severos problemas que pueden derivar incluso en cáncer de próstata.
- Disminución de la efectividad del sistema inmune, por lo que será más fácil sufrir enfermedades de todo tipo. Entre las más comunes la hepatitis.
- Aumento de la agresividad y trastorno de la conducta. Además, una vez se ha cesado el consumo hay estudios que indican que se genera una mayor posibilidad de padecer depresión.
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