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sábado, 10 de noviembre de 2012

ARTRITIS REUMATOIDE Y EJERCICIO FÍSICO

"¿Que tienes artritis reumatoide?, ¿pero eso no lo tiene la gente mayor?…”. Este es uno de los conceptos erróneos que se tienen de esta enfermedad crónica y autoinmune de carácter inflamatorio, que cada día afecta a más personas. El otro error es que el ejercicio físico es contraproducente para estos pacientes.

De mayor prevalencia en mujeres que en hombres, su edad de aparición suele ser la mediana edad, entre los 40/50 años, aunque también puede hacerlo en la infancia o adolescencia.
Con un origen desconocido, la artritis reumatoide (AR) causa inflamaciones en varias articulaciones del cuerpo, generalmente de forma bilateral, imposibilitando al paciente una vida diaria normal, debido a las restricciones de movilidad que generan estas inflamaciones y sobre todo por el dolor que éstas ocasionan. Finalmente, estos procesos inflamatorios que aparecen en forma de brotes van alterando la arquitectura normal de la articulación del paciente generando así deformidades que dificultan más aún los movimientos.
En definitiva, estamos frente a una enfermedad que en muchos casos pasa totalmente inadvertida para todos menos para quien la padece. Realizar tareas tan simples como abrir un tapón de rosca, girar la llave de la puerta de casa o apretar la manguera de una gasolinera, se convierte en misión imposible para mucha gente a diario.
El aumento de casos en los últimos años y sobre todo el empeño de los afectados empieza a dar los primeros frutos, ya que la comunidad sanitaria poco a poco proporciona más herramientas a un conjunto de pacientes para los que, hasta ahora, su mejor tratamiento era la resignación y la convivencia con el dolor.
Estos tratamientos, siempre coordinados por un médico, constan primeramente de una medicación para controlar estos procesos inflamatorios, así como tratamientos biológicos realizados en laboratorio, los cuales son diseñados específicamente para cada paciente... consiguiendo, como ellos mismos verbalizan “cambiarles la vida”.
Pero todo esto tiene que estar mantenido por un grupo multidisciplinar, en el que enfermeros, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, dietistas y psicólogos trabajan codo con codo. Sin obviar a todos ellos, en este artículo nos vamos a centrar en la parte correspondiente al fisioterapeuta y a los ejercicios físicos que podemos hacer bajo su supervisión.

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