El entrenamiento en ayunas es un tema controvertido que según donde y cuando leas sobre él te dirán que es bueno o malo.
Pues bien, resulta que la pregunta no es ¿Sirve? si no.. ¿Para que sirve?
Siempre y cuando hablemos de entrenamiento aeróbico, el entrenamiento en ayunas solamente puede tener un objetivo: Quemar grasa.
Cuando entrenamos en ayunas se puede considerar que nuestros depósitos de hidratos de carbono están vacío y por tanto nuestro cuerpo solo puede sacar energía de las grasas o de las proteínas.
Pero esta premisa tiene una consecuencia, y es que no podremos entrenar por encima de nuestro umbral aeróbico, si nos pasamos con la intensidad del ejercicio, nuestro cuerpo tratará de tirar de hidratos de carbono y si no tenemos nos sucederá la temida “pájara”. Por todo ello es incompatible el ayuno con el entrenamiento de cualquier capacidad de resistencia.
Sin embargo, podemos tratar de correr cierto tiempo en una intensidad cercana al umbral aeróbico (UA) de modo que nuestro consumo de energía provendrá en su mayoría de las grasas acumuladas en nuestro cuerpo.
Debemos tener en cuenta que no duraremos mucho más de 30-35 minutos corriendo a esa intensidad antes de que nuestro ritmo cardiaco comience a elevarse y sobrepasemos el UA.
Es aconsejable una buena hidratación y el consumo de una fuente de proteínas (pavo, batido, etc.) antes de salir a realizar el entrenamiento en ayunas y comenzar con 15 – 20 minutos en los primeros días para las primeras sensaciones.
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