En los libros de anatomía se habla del psoas mayor exclusivamente como flexor de cadera en el plano sagital. Nada se dice qué provoca cada una de sus seis secciones sobre las articulaciones intervertebrales entre D12 y S1. Se da protagonismo a la acción flexora de cadera, pero entonces, ¿qué sentido tiene un músculo que se inserta en la parte lateral de las vértebras lumbares y la última dorsal? Un músculo que se inserta en las vértebras necesariamente tiene que provocar algo en determinadas articulaciones de la columna. Curiosamente en algunos libros de anatomía se habla de que el psoas mayor provoca flexión lateral en la zona lumbar. Esto ocurre en el plano frontal y es cierto. En cambio nada se dice de lo que ocurre en las articulaciones de la columna lumbar en el plano sagital.
Pues lo cierto es que el psoas mayor es un flexor de columna. Su acción flexora sobre las articulaciones situadas entre las vértebras D12 y S1 apenas se comenta en los manuales. Hay que tener en cuenta una cosa importante: existen diversos músculos extensores de cadera que provocan extensión de columna saltando únicamente una a tres articulaciones, como ocurre con los interespinosos, intertransversos y multífidos. Con ello se logra un control preciso de la flexión a nivel de cada articulación intervertebral en la zona lumbar. En cambio, los únicos flexores catalogados como tales son el recto abdominal, el oblicuo mayor y el oblicuo menor. Estos músculos provocan flexión exclusivamente en las articulaciones entre D12 y S1, pero sin la precisión de poder provocar flexión exclusivamente de entre una a tres vértebras como sí ocurre en la musculatura posterior. No tienen sus fibras el carácter selectivo que tienen los músculos extensores profundos de columna mencionados.
Además del elevado número de vétebras que atraviesan los músculos abdominales recto y oblicuos, éstos provocan un momento de fuerza muy grande sobre las articulaciones que atraviesan, máxime si los comparamos con los momentos de fuerza que pueden generar los músculos extensores de columna. La razón es que los músculos abdominales se encuentran a una gran distancia de las vértebras sobre las que generan momento de fuerza.
Si se analiza bien nuestra anatomía, se verá que el psoas mayor puede saltar de una a tres articulaciones, en sus inserciones de L3 a L5. Esto contribuye a controlar de forma bastante precisa la extensión en las tres últimas articulaciones intervetebrales incluyendo la lumbosacra. Además, el momento de fuerza que genera el psoas mayor es más reducido que el que provocan los músculos abdominales recto y oblicuos, lo cual confiere más precisión y menor riesgo a la hora de controlar estas articulaciones.
Es lamentable que el músculo psoas mayor todavía se considere como generador de problemas de columna cuando realizamos flexión de cadera. Antes bien ocurre lo contrario. Sería el mal funcionamiento del psoas mayor lo que provocaría infinidad de problemas en la zona lumbosacra. A diferencia del ilíaco, el psoas mayor provoca flexión en las articulaciones lumbares, lumbosacra y dorsolumbar, de modo que su acción permite trabajar sobre cada una de las articulaciones de la zona lumbar. De no ser por esta acción del psoas, los momentos de fuerza generados en cada articulación de la zona lumbar deberían ser controlados mediante una acción conjunta entre los músculos abdominales y los músculos extensores, flexores laterales y rotadores cortos y profundos de la columna (interespinosos, intertransversos, multífidos), sin olvidar el papel que a este respecto tienen los ligamentos intervertebrales en relación al control de la flexión de columna.
Si sólo dispusiéramos del músculo ilíaco y el psoas mayor estuviera ausente, al levantar ambas piernas estiradas en posición supina, la labor de coordinación a realizar por los músculos extensores profundos de columna y los ligamentos intervertebrales antes mencionados sería mucho mayor y, por tanto, incrementaría la inestabilidad en las articulaciones intervertebrales de la zona lumbosacra.
Antonio Mayans
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