La periostitis como su nombre indica es la inflamación del periostilo que para entendernos es el nexo de unión entre el hueso (en este caso la tibia) y los gemelos, tíbiales y peronéos. Normalmente se localiza en la cara interna de la espinilla y la sensación es como de tener un cardenal en dicha zona o en un punto muy localizado de esta.
¿POR QUÉ SALE?
Son muchos los corredores que atribuyen su lesión a una sola causa, por ejemplo las zapatillas. Esto es un error porque si bien una zapatilla inadecuada puede ser causante directa de una periostitis como dice el refrán “ni están todos los que son ni son todos los que están”. Las lesiones hay que entenderlas en un contexto concreto y un corredor puede lesionarse aunque lleve la mejor de las zapatillas. La periostitis como otras lesiones tiene su origen en:
1- Superficie de entrenamiento inadecuada. Llámese asfalto o cualquier superficie endurecida.
2- Escasa o nula preparación muscular del individuo. Eso, que el gimnasio y los ejercicios también existen.
3- Volumen y/o intensidad inadecuadas. Entrenar más de la cuenta o con más intensidad o incluso variar la carga de entrenamientos de una manera brusca nos puede llevar a la periostitis.
4- Defectos biomecánicos. El exceso de pronación, la forma de nuestro pie (sobre todo si es cavo) y otros defectos de carga pueden ser causa directa de periostitis.
5- Calzado inapropiado. Escasa amortiguación o falta de estabilidad provocan periostitis.
6- Escasos o nulos hábitos de tratamiento muscular. No acudir nunca al masajista puede salir caro, no estirar, etc.
7- Hábitos de vida poco saludables. Trabajar de pie, el stress, mala alimentación, conducir muchas horas, etc. puede asociarse a diversas lesiones.
Está claro que podemos estar lesionados por una de estas causas, por tres o por todas a la vez y parece obvio que si trabajas de pie no le vas a decir al jefe que lo dejas porque te puede provocar periostitis. Lo que si es cierto es que si del sorteo te compras todos los cupones te toca y si compras menos seguramente no te toque. Así por ejemplo si no te queda otra que correr por asfalto sabes que lo primero no puede racanear en zapatillas y no puedes flaquear en los demás y si entrenas más de 80 kms semanales tienes que empezar a plantearte que has de ser muy meticuloso en todo para librarte de las lesiones o renunciar a tus objetivos, tu sabrás que es lo que quieres.
TRATAMIENTO.
Si has cumplido todos los preceptos anteriores muy posiblemente no la padezcas pero como es bien difícil hacerlo aquí van otros consejos y recomendaciones para cuando comience el problema:
1- Crioterapia al canto. Es la mejor y más barata manera de decirle adiós a la periostitis. Tradicionalmente se ha optado por poner hielo en el periostilo inflamado y ciertamente alivia pero mi consejo es que ataques a la periostitis desde su origen; los músculos. Búscate un cubo más o menos grande, llénalo de agua, mete las piernas hasta las rodillas y añade un trozo de hielo de tamaño considerable. El agua debe estar a 0º o muy cerca. Sigue esta rutina después de entrenar todos los días sobre unos 10-20 min hasta que desaparezca por completo el dolor. CUIDADO NUNCA ANTES DE ENTRENAR. El tratamiento como imagináis es harto desagradable sobre todo en invierno y doloroso pero doy fe que es lo más efectivo que hay y además barato.
2- Zapatillas de tacto medio-blando y altas de talón: Al llevar el talón elevado toda la musculatura posterior estará más reposada y el tacto medio-blando evitará las dolorosas vibraciones del musculo. CUIDADO: Zapatillas demasiado blandas y con mucho recorrido de amortiguación pueden causar tanto stress como las más duras.
3- Antiinflamatorios sí, veneno no. Es muy común que si acudimos al médico de cabecera (y podemos dar suerte si no nos echa de la consulta diciéndonos que no corramos y punto) nos recete, como a todo el que le duele algo, algún antiinflamatorio. Pues bien a menos que con la caja del antiinflamatorio de turno te regalen un par de riñones pasa de ellos porque dañan los riñones así como otros órganos y además sirven de muy poco. Por suerte en el mercado tenemos productos como el Harpagofito (planta medicinal desde tiempos remotos) con una potente acción antiinflamatoria y nulos efectos secundarios. Recomiendo tomarlo en pastillas porque su sabor invita a tragárselo ligero. También existen geles que actúan del mismo modo sin dejar residuos.
4- Medias de compresión. Llámese Medilast, Booster o como quieras pero de calidad contrastada. Evitan buena parte de las vibraciones al correr que aparte de dolorosas son perjudiciales.
5- Más crioterapia. Como no se puede estar todo el día con el cubo de agua helada a cuestas es muy aconsejable adquirir algún gel de acción criogenizante, vamos frío para entendernos. Hay muchos en el mercado y a algunos les da más frio uno que otros. A mi me resulta muy bueno uno llamado Biofrezee aunque también probé el de Galius Gel o el famoso Osteogel.
6- Evita la fuentes de calor. Ya sabes que si te pilla en invierno lo vas a pasar mal porque a tu periostitis no le gustan las estufas. Por cierto si te duele mucho antes de empezar no empieces pero ni se te ocurra echarte un gel de calentamiento.
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