Las articulaciones son los puntos de unión entre los extremos de los huesos formando las estructuras que permiten la flexibilidad y movilidad del cuerpo. En la articulación, cada extremo de los huesos está recubierto por cartílago articular, un tejido duro, pero que posee cierta elasticidad y flexibilidad.
Los cartílagos proporcionan el movimiento entre los huesos y actúan como una amortiguación evitando el contacto entre los huesos. Toda esta estructura se encuentra envuelta por una bolsa denominada cápsula articular. La cápsula articular está reforzada por los ligamentos, una estructura anatómica en forma de banda, compuesto por fibras resistentes que conectan los tejidos que unen a los huesos en las articulaciones.
Los ligamentos dan estabilidad a las articulaciones. Son encargados de evitar que las articulaciones se luxen cuando realizamos un movimiento forzado. La articulación, está bañada por el líquido sinovial, un líquido viscoso y es el medio principal a través del cual obtiene los nutrientes el cartílago articular, lubrifica la articulación y amortigua los impactos que se producen en ella.
Hay 3 tipos de articulaciones, las articulaciones fibrosas, como la del cráneo no tiene movimiento en absoluto. Las articulaciones cartilaginosas, tales como las que se encuentran en la pelvis, que tienen muy poco movimiento y las más comunes, las articulaciones sinoviales. Estas articulaciones son las articulaciones que tienen un amplio rango de movimiento. Un buen ejemplo de una articulación sinovial es la rodilla, la cadera, el codo, el hombro o los dedos.
Este último tipo de articulación es el más frecuente en las extremidades y el que tiene mayor riesgo de lesión y de desgaste. Como la mayoría de los tejidos, las articulaciones están trabajando constantemente y con el paso del tiempo el cartílago se degrada haciéndose cada vez más fino y dando lugar a un molesto dolor por rozamiento de los huesos, incapacidad para fexionar o extender completamente la articulación, inflamación y entumecimiento. Si añadimos además el inconveniente de que existe un pobre suministro de sangre, la reparación del cartílago no es fácil.
Puede haber un desgaste del cartílago de tipo degenerativo, causado por el paso del tiempo o por secuelas de fracturas.
Una vez que aparece el dolor es cuando realmente tomamos conciencia de lo importante que es la salud articular y lo que puede repercutir en nuestra calidad de vida.
No obstante, este tipo de desgaste puede prevenirse o mejorarse con unos hábitos de vida saludables, como controlar nuestro peso, realizar ejercicio físico y estiramientos y llevar una dieta equilibrada. Para poder tratar este desgaste del cartílago hay que tener en cuenta que no sólo debemos tratar el dolor, sino que también debemos de “alimentar” al cartílgao para que éste recupere su estructura.
Existen ciertos suplementos que pueden ayudar a combatir el dolor articular.
El colágeno es una proteína natural del cuerpo. Es la forma de proteína natural más abundante que tenemos, protege al cartílago y al fluido sinovial contra el deterioro. Es la materia prima en la síntesis y la reparación del cartílago. La glucosamina y la condroitina son componentes naturales de los proteoglicanos, los pilares fundamentales del cartílago, y tienen un papel esencial en el desarrollo conjunto. La glucosamina se fabrica a partir de ostras y conchas de cangrejo, y la condroitina del cartílago de bovino o de tiburón. Los numerosos estudios han llevado a cabo sobre la eficacia de estos suplementos en la lucha contra el dolor, la inflamación y la pérdida de cartílago.
En los resultados in vitro muestran que la glucosamina y la condroitina estimulan la producción de cartílago. Los estudios clínicos muestran que estos dos suplementos deportivos permiten ayudar a los atletas con el daño del cartílago para sanar y volver a los entrenamientos antes. Los estudios clínicos muestran también que a largo plazo alivian el dolor y algunos de los síntomas asociados con la osteoartritis. Los estudios también muestran que estos suplementos retardan la progresión de la osteoartritis. Los efectos de la terapia con estos suplemento no son inmediatos, pero el uso prolongado puede ayudar a la regeneración de cartílago. Tanto la glucosamina y la condroitina son naturalesl y no tóxicos, y son un complemento deportivo esencial en el arsenal de cualquier atleta.
MSM (metil sulfonil metano) es una fuente de sulfato biológicamente activa es esencial para producir colágeno (un componente fundamental de los cartílagos) y aminoácidos sulfurados como la metionina y la cisteína. El MSM tiene propiedades sinérgicas que permiten reducir determinadas sustancias del organismo que afectan al proceso inflamatorio. Diversos ensayos clínicos han demostrado la seguridad y eficacia de este producto.
La vitamina C es componente esencial para la formación de cartílago y colágeno. Los suplementos de vitamina C ha demostrado reducir significativamente el dolor articular. Además un estudio concluyó que el consumo alto de antioxidantes incluyendo la vitamina C, beta caroteno y la vitamina E puede reducir el riesgo de pérdida de cartílago.
El líquido sinovial está formado por ácido hialurónico, es una sustancia viscosa y protege las articulaciones y los huesos. Tomar un suplemento de ácido hialurónico puede ayudar e evitar o minimizar los problemas de las articulaciones ya que es esencial para la salud del fluido sinovial que soporta los huesos y las articulaciones y proporciona una amortiguación de las articulaciones y ayuda a transportar nutrientes para nutrir y reponer el cartílago.
Existen antiinflamatorios naturales que pueden ayudar a calmar la inflamación sin causar los efectos secundarios de los antiinflamatorios no esteroídicos (ácido salicílico, ibuprofeno…), como la piña que tiene una enzima llamada “bromelina“, también puede ayudar a reducir la inflamación asociados a lesiones e infecciones.
El regaliz puede ayudar a las articulaciones inflamadas, y que contiene una sustancia química llamada “ácido glicirretínico” (GA), que los estudios muestran que es útil para reducir la inflamación. La curcumina (el ingrediente que da color amarillo a la cúrcuma) se ha comprobado en algunos estudios a ser más eficaz que el ibuprofeno para aliviar el dolor y la inflamación. Los investigadores encontraron que 20 mg de curcumina funciona tan bien para muchas personas como 200 mg de ibuprofeno. Numerosos estudios demuestran que los Ácidos Grasos Omega-3 pueden ayudar a controlar la inflamación y el apoyo a la salud ósea.
El jengibre es conocido por su actividad anti-inflamatoria, y se ha mostrado prometedora para mejorar la movilidad y reducir el dolor. El cartílago de tiburón es también un eficaz antiinflamatorio utilizado para tratar problemas articulares, regenera el cartílago y lubrica la articulación.
Los cartílagos proporcionan el movimiento entre los huesos y actúan como una amortiguación evitando el contacto entre los huesos. Toda esta estructura se encuentra envuelta por una bolsa denominada cápsula articular. La cápsula articular está reforzada por los ligamentos, una estructura anatómica en forma de banda, compuesto por fibras resistentes que conectan los tejidos que unen a los huesos en las articulaciones.
Los ligamentos dan estabilidad a las articulaciones. Son encargados de evitar que las articulaciones se luxen cuando realizamos un movimiento forzado. La articulación, está bañada por el líquido sinovial, un líquido viscoso y es el medio principal a través del cual obtiene los nutrientes el cartílago articular, lubrifica la articulación y amortigua los impactos que se producen en ella.
Hay 3 tipos de articulaciones, las articulaciones fibrosas, como la del cráneo no tiene movimiento en absoluto. Las articulaciones cartilaginosas, tales como las que se encuentran en la pelvis, que tienen muy poco movimiento y las más comunes, las articulaciones sinoviales. Estas articulaciones son las articulaciones que tienen un amplio rango de movimiento. Un buen ejemplo de una articulación sinovial es la rodilla, la cadera, el codo, el hombro o los dedos.
Este último tipo de articulación es el más frecuente en las extremidades y el que tiene mayor riesgo de lesión y de desgaste. Como la mayoría de los tejidos, las articulaciones están trabajando constantemente y con el paso del tiempo el cartílago se degrada haciéndose cada vez más fino y dando lugar a un molesto dolor por rozamiento de los huesos, incapacidad para fexionar o extender completamente la articulación, inflamación y entumecimiento. Si añadimos además el inconveniente de que existe un pobre suministro de sangre, la reparación del cartílago no es fácil.
Puede haber un desgaste del cartílago de tipo degenerativo, causado por el paso del tiempo o por secuelas de fracturas.
Una vez que aparece el dolor es cuando realmente tomamos conciencia de lo importante que es la salud articular y lo que puede repercutir en nuestra calidad de vida.
No obstante, este tipo de desgaste puede prevenirse o mejorarse con unos hábitos de vida saludables, como controlar nuestro peso, realizar ejercicio físico y estiramientos y llevar una dieta equilibrada. Para poder tratar este desgaste del cartílago hay que tener en cuenta que no sólo debemos tratar el dolor, sino que también debemos de “alimentar” al cartílgao para que éste recupere su estructura.
Existen ciertos suplementos que pueden ayudar a combatir el dolor articular.
El colágeno es una proteína natural del cuerpo. Es la forma de proteína natural más abundante que tenemos, protege al cartílago y al fluido sinovial contra el deterioro. Es la materia prima en la síntesis y la reparación del cartílago. La glucosamina y la condroitina son componentes naturales de los proteoglicanos, los pilares fundamentales del cartílago, y tienen un papel esencial en el desarrollo conjunto. La glucosamina se fabrica a partir de ostras y conchas de cangrejo, y la condroitina del cartílago de bovino o de tiburón. Los numerosos estudios han llevado a cabo sobre la eficacia de estos suplementos en la lucha contra el dolor, la inflamación y la pérdida de cartílago.
En los resultados in vitro muestran que la glucosamina y la condroitina estimulan la producción de cartílago. Los estudios clínicos muestran que estos dos suplementos deportivos permiten ayudar a los atletas con el daño del cartílago para sanar y volver a los entrenamientos antes. Los estudios clínicos muestran también que a largo plazo alivian el dolor y algunos de los síntomas asociados con la osteoartritis. Los estudios también muestran que estos suplementos retardan la progresión de la osteoartritis. Los efectos de la terapia con estos suplemento no son inmediatos, pero el uso prolongado puede ayudar a la regeneración de cartílago. Tanto la glucosamina y la condroitina son naturalesl y no tóxicos, y son un complemento deportivo esencial en el arsenal de cualquier atleta.
MSM (metil sulfonil metano) es una fuente de sulfato biológicamente activa es esencial para producir colágeno (un componente fundamental de los cartílagos) y aminoácidos sulfurados como la metionina y la cisteína. El MSM tiene propiedades sinérgicas que permiten reducir determinadas sustancias del organismo que afectan al proceso inflamatorio. Diversos ensayos clínicos han demostrado la seguridad y eficacia de este producto.
La vitamina C es componente esencial para la formación de cartílago y colágeno. Los suplementos de vitamina C ha demostrado reducir significativamente el dolor articular. Además un estudio concluyó que el consumo alto de antioxidantes incluyendo la vitamina C, beta caroteno y la vitamina E puede reducir el riesgo de pérdida de cartílago.
El líquido sinovial está formado por ácido hialurónico, es una sustancia viscosa y protege las articulaciones y los huesos. Tomar un suplemento de ácido hialurónico puede ayudar e evitar o minimizar los problemas de las articulaciones ya que es esencial para la salud del fluido sinovial que soporta los huesos y las articulaciones y proporciona una amortiguación de las articulaciones y ayuda a transportar nutrientes para nutrir y reponer el cartílago.
Existen antiinflamatorios naturales que pueden ayudar a calmar la inflamación sin causar los efectos secundarios de los antiinflamatorios no esteroídicos (ácido salicílico, ibuprofeno…), como la piña que tiene una enzima llamada “bromelina“, también puede ayudar a reducir la inflamación asociados a lesiones e infecciones.
El regaliz puede ayudar a las articulaciones inflamadas, y que contiene una sustancia química llamada “ácido glicirretínico” (GA), que los estudios muestran que es útil para reducir la inflamación. La curcumina (el ingrediente que da color amarillo a la cúrcuma) se ha comprobado en algunos estudios a ser más eficaz que el ibuprofeno para aliviar el dolor y la inflamación. Los investigadores encontraron que 20 mg de curcumina funciona tan bien para muchas personas como 200 mg de ibuprofeno. Numerosos estudios demuestran que los Ácidos Grasos Omega-3 pueden ayudar a controlar la inflamación y el apoyo a la salud ósea.
El jengibre es conocido por su actividad anti-inflamatoria, y se ha mostrado prometedora para mejorar la movilidad y reducir el dolor. El cartílago de tiburón es también un eficaz antiinflamatorio utilizado para tratar problemas articulares, regenera el cartílago y lubrica la articulación.
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