REFLEXIÓN SOBRE LA DIETA Y EL ENTRENO.

 

Cuando alguien dice que está a dieta automáticamente le sugiere a otra persona dos sensaciones contrapuestas:

• Una de reconocimiento por emprender esta “dura” batalla
• y por otro lado a la vez surge una sensación de “pseudoenvidia” por no poseer ese espíritu de sacrificio.

Y es la realidad. Muchas veces os habréis topado con la necesidad de tener que sacar un “tupper” o simplemente un saludable bocadillo de pollo y en ese momento todas las miradas te acechan. Comentarios necios saltan a la palestra: “…mira otro con la dieta…”, “…este sólo come arroz y pollo…”. Desgraciadamente en mi caso he sufrido en mis carnes esta situación, cuando no tengo necesidad de recibir este trato.

según los cánones establecidos en esta nuestra sociedad, lo que está bien visto es alguien con el cigarro en la boca y botellín o copa en la mano, y luciendo una singular a la vez que sobresaliente curvatura en la zona media.

Pues sí, es lo que hay, pero lo más triste aún que cuales te critican, realmente en su interior les gustaría poder tener la capacidad de poder machacarse y establecer un plan dietético.

 Tras muchos años de entreno y dieta, aunque yo no lo llamo de esta manera, simplemente me gusta referirme como cumplir con unos hábitos alimenticios que a la post nos va a reportar los beneficios que luego acompañados del correspondiente entrenamiento físico, nos hará sentirnos bien con nosotros mismos a la par que orgullosos.
Pues en este contexto, podríamos eliminar todo aquello que tenga connotación de estricto, puesto que la misma palabra dieta lo lleva implícito, y de esta manera referirnos como ¡nuestro plan!
Seguro que enfocando el asunto de este modo, todo será mucho más llevadero y sobre todo no afectará que a las mínimas de cambio abandonemos el susodicho plan.
Pues esto es extrapolable perfectamente al ámbito del entreno. Nunca debemos entender ambos conceptos, dieta y entreno, como algo necesario y establecido a la fuerza, porque ahí precisamente comienza el fin. Pero del mismo modo, también es preciso mantener un criterio mínimo y una dedicación, porque tampoco se trata de hacer la ley del mínimo esfuerzo. Habrá que establecer un compromiso.
Entonces podemos trazar un plan, el cual lo mantendremos siempre que podamos, y si alguna vez, por los motivos que sea, nos vemos “obligados” a desviarnos mínima y puntualmente, ¡don´t worry!, que todo no será estar constantemente trabajando y ejercitándonos, son necesarios momentos de desinhibición, entendidos todos ellos como acudir a una fiesta, celebración, tomarse algo con los amigos,…, disfrutar del momento.
Pero amigo: ¡el lunes te quiero volver a ver en la sala de pesas o haciendo algunos largos en la piscina!

Sea el deporte que realices, no lo dejes, mantén estos hábitos saludables que a la larga nos reportarán muchos beneficios.

En mi caso, durante la semana mantengo dichos hábitos, pero cuando llega el fin de semana, si apetece, que siempre será que sí, pues a modo de homenaje y/o premio al esfuerzo realizado, tomo algunas cervezas con mis amigos y familia, realizo alguna comida fuera de lo normal, algunas veces “homemade” y otras en alguna pizzería.
Os iré dejando de este modo algunas recetas, tanto para la semana de esfuerzo, como para alguna ocasión especial. Dentro de estas siempre me gusta optar por elaborar yo mismo mis recetas, porque también soy un gran apasionado de la cocina, aunque a bote pronto mi imagen pueda suponer otro concepto, nada más lejos de la realidad. Me gusta variar mis fuentes de macronutrientes y no limitarme a comer siempre “lo típico”, que ya muchos sabrán por donde voy.
Para acabar decir que en los siguientes artículos mantendré la filosofía que quiero transmitir en el blog, toda ella basada en mi experiencia, y por ende, seguiré publicando entradas referidas sobre nutrición y entreno.