Después de 8-10 horas de sueño reparador y también de ayuno nocturno, nuestro cuerpo necesita reponer fuerzas con la primera comida del día, el desayuno, una de las comidas más importantes que vamos a realizar a lo largo de nuestra jornada laboral. Debe de ser un desayuno completo, de lo contrario empezaremos el día decaídos, sin fuerzas y de mal humor. Ya lo dice el refrán: “ Desayuna como un rey, almuerza como un mendigo y cena como un pobre”.
· Sí a la luz solar. La luz natural del sol es el mejor despertador matutino de tal forma que, antes de ponerte a desayunar, sube las persianas y corre las cortinas, que el sol acaricie tu cara.
· Sí a los cereales. En tu desayuno no puede faltar el tazón de cereales integrales o las tostadas de pan integral. Estos alimentos poseen minerales como el magnesio y el hierro, que ponen en marcha nuestros cinco sentidos, y las vitaminas del grupo B, que infunden energía.
· Sí a los lácteos. El queso, la leche o el yogur aportan proteínas de calidad, necesarias para ir calentando motores, y refuerzan el aporte de vitaminas B de los cereales.
· Sí a las futas. Son la mejor fuente de vitamina C, otro nutriente indispensable debido a su acción estimulante. La vitamina C, que encontrarás en la naranja, el kiwi, las mandarinas, las fresas, etc. Se absorbe mejor en presencia de calcio (lácteos) y magnesio (productos integrales). De ahí que sea tan apropiado ingerirla en el desayuno.
· Sí a la higiene Bucal. Después de un completo desayuno, un completo cepillado a los dientes, van a pasar muchas horas hasta el próximo cepillado.
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