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domingo, 1 de julio de 2012

CUIDA TU PIEL CUANDO CORRAS

Correr puede ser el mejor amigo de tu piel pero también su peor enemigo (lesiones por la luz solar, acné inducido por el sudor). Además, no hay que olvidar los inestéticos callos y hongos que pueden aparecer en los pies. Puedes tomar medidas para mantener tu epidermis a salvo, sana y bien cuidada, desde los pies a la punta de las orejas.

Cuidado con el sol

Un estudio de 2006 publicado en la revista Archives of Dermatology señalaba que los maratonianos pueden tener un riesgo mayor de padecer melanoma maligno, lo que asusta un poco, aunque no es sorprendente. Podríamos correr tras la puesta del sol o en interiores para evitar la exposición solar frecuente y sin protección, pero sería poco práctico y menos divertido.
Es mucho mejor aplicarse un protector solar con regularidad en las zonas vulnerables, como aconsejan los expertos en dermatología. Hay muchos corredores que desarrollan carcinomas epidermoides, un tipo de cáncer cutáneo que suele aparecer en zonas expuestas crónicamente al sol, como manos, cuello y orejas.

Protégete bien

Busca un protector solar que te vaya bien y utilízalo de manera habitual. Sólo la mitad de los maratonianos del estudio previo lo hacían. Busca un producto sin aceite y con un rango amplio de protección. Los productos en barra son adecuados para la cara y es menos probable que chorreen y te entren en los ojos.
Gorra y gafas de sol son una protección adicional, al igual que las medidas de sentido común, como usar prendas con protección ultravioleta (comprueba en las etiquetas el factor de protección UV) y evitar los entrenamientos en pleno mediodía.

Cuida tus pies

Los pies de los corredores son bastante inestéticos, debido a las ampollas, callos y hongos. Hay que combatir los dos enemigos de la piel de los pies: la humedad y la fricción. Las ampollas aparecen por un mecanismo de fricción rápida, mientras que la fricción lenta a lo largo del tiempo produce callos.
Además, la humedad atrapada (por ejemplo, entre los dedos) puede provocar una maceración de la piel, que aparece más pálida que las zonas circundantes y se vuelve propensa a las infecciones por hongos.

Protégete bien

Los calcetines de polipropileno o de lana expulsan la humedad. Además, puedes utilizar polvo de talco o algún producto especial para deportistas para evitar los hongos favorecidos por la humedad. En las tiradas largas, un poco de vaselina en las zonas propensas a la aparición de ampollas puede ayudarte a evitar que se formen.
Una vez que aparecen las ampollas, puedes utilizar tintura de benzoína (sin receta) para acelerar su curación. Después de correr, quítate los calcetines para airear los pies. Los callos pueden ablandarse con piedra pómez. Si son tan gruesos que puedes ver un hematoma oscuro por debajo, lo que puede indicar una herida o infección, consulta al podólogo.

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